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Machismo oculto

  • Foto del escritor: Susana (unamamaenamorada)
    Susana (unamamaenamorada)
  • 10 mar 2019
  • 2 Min. de lectura

El día 12 de enero, en el diario Ara, leía un artículo titulado "Encajados en el rosa y el azul", donde decía que "la ropa es una manera de perpetuar los roles tradicionales de género, que se aplican a los niñxs desde bien pequeñxs".

Tal y como se apunta en este texto, niños y niñas tienen el cuerpo igual y las mismas necesidades de descubrimiento del mundo, pero por alguna razón que no acabo de entender (machismo), las niñas, desde que nacen, están condenadas a la sumisión, a muchos tipos de violencia contra su ser, a mostrarses guapas, sexis, a cuidarse, a mostrarse dóciles... y la ropa es un elemento que precisamente perpetúa estos roles de género.

Pues bien, hay otra cosa que todavía es más grave que la ropa y que vulnerabiliza todavía más a un bebé niña desde que nace, aunque socialmente está totalmente aceptado y fomentado:

PONER PENDIENTES.

La tradición fomenta que un bebé, por el simple hecho de ser del sexo femenino, se vea sometido a llevar unos clavos de oro en las orejas. Y esto está justificado socialmente con la excusa de que es bonito...

Pero únicamente se pone a las niñas. Y yo me pregunto: ¿Es necesario? Si queremos ponerle algo bonito a nuestra hija, ¿no bastaría con algo que no perfore su piel, que no le pueda causar infección, que no traumatice su cuerpo?

Lo curioso y muy lamentable es que si planteas esta visión te tratan de radical y/o exagerada, e incluso existen personas que justifican este tipo de violencia diciendo que las bebés no se enteran cuando le ponen unos pendientes. Claro, seguro, un bebé no se entera si lo pinchan, no tiene sensibilidad... ("modo ironía-on"). Otros te dicen que cuanto antes mejor, así no se acuerdan. Y yo aquí tengo nuevos interrogantes: ¿Y si cuando sea mayor para decidir si quiere o no perforarse el cuerpo, no está de acuerdo con lo que le han hecho sin poder elegir? ¿Por qué damos por supuesto que a ella le va a gustar llevar pendientes?. Si queremos ponerle joyas, ¿no es mejor algo que pueda quitarse y ponerse sin dañar su cuerpecito?

Y todavía hay más excusas. Aquí llega la frase de "cuando le ponen vacunas también le pinchan". Absurdo siquiera decir esto. Poner una vacuna es una manera de prevenir enfermedades que pueden ser peligrosas. Poner un pendiente es pinchar por pinchar, por estética. Porque alguien, alguna vez, decidió que llevar objetos clavados en las orejas era bonito.

Qué triste que nos creamos todo esto y justifiquemos así este tipo de violencia.

Así pues, parece cierto: cueste lo que cueste, las niñas deben estar bonitas.


 
 
 

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