
La Toscana
Llevaba un tiempo queriendo hacer este viaje: recorrer la costa mediterránea desde España hasta Italia.
No nos decidíamos hasta que de un día para otro, unos amigos nos lo propusieron y nos lanzamos a la piscina.
Ha sido un viaje realizado un poco sobre la marcha y preparado con poquísimo tiempo (una semana), pero el resultado ha sido bastante satisfactorio.
​
Así, llegó el día y recorrimos Francia por su costa mediterránea parando solamente a comer y finalmente a dormir en Marsella, donde visitamos la población de Martigues.

Día 2: continuamos hasta Cannes y visitamos esta sorprendente localidad de la Provenza. Realizamos un tour en tren que nos llevó por el barrio más antiguo y por la zona más famosa. Luego nos bañamos en la playa y fuimos a Frejus (el Salou francés) a cenar y a dormir.
​
Día 3: llegamos a Cinque Terre y visitamos Vernazza, pasando allí el día. Vernazza es uno de los cinco municipios de Cinque Terre. Por desconocimiento y falta de información, llegamos en coche, pero lo ideal es visitar los pueblos en tren desde La Spezia o en barco, viéndolos desde el mar. Sin embargo en coche nos costó aparcar, tuvimos que caminar empujando los carritos (no lo he dicho, fuimos dos parejas con una criatura de tres años cada una y un bebé de cinco meses la otra pareja), y allí nos encontramos un pueblo concurrido y de penosa adaptación para carritos o sillas de ruedas. eso sí, muy bonito.
Como en esta zona era imposible dormir debido a la falta de antelación en la búsqueda de hoteles, tuvimos que trasladarnos a un comodísimo hotel de Lucca, ya en plena Toscana.
​
Día 4: visita del centro de Lucca, un lugar dentro de unas murallas muy pintoresco y típico de la Toscana del Pinocho, donde se realiza el Lucca Festival Summer, con conciertos como el de Green Day, Ennio Morricone, Robbie Williams, Rolling Stones... ¡Increíble!
https://www.toscanainside.com/events-in-tuscany/event/lucca-summer-festival/
Para acabar el día fuimos a Pisa donde pudimos disfrutar de divertidísimos momentos haciendo fotos en la torre de pisa (la maravillosa "chapucilla de la humanidad", como dice mi amiga). Y finalmente pudimos relajarnos viendo la catedral y la torre de noche. Personalmente creo que la torre de noche, con su blanquísimo mármol resplandeciente a la luz de la luna, provoca una energía calmada y positiva. Me encantó y estoy segura de que volveré.
​

Día 5: visita de Siena, su centro, sus calles, los duomos y ruta hacia San Gimignano, para observar el atardecer en sus puertas, cenar y pasar una bonita noche a la fresca visitando las calles tranquilas pero a la vez llenas de ambiente de este pueblecito lleno de torres (signo de poder) en plena Toscana rural. Precioso. También volveré.
​
Días 6, 7 y 8: Florencia. No hay palabras: el centro, el puente, su historia, sus construcciones, sus locales, su moda... me faltó un día más. Yo creo que 4 días son perfectos para visitar esta ciudad italiana. ¿Lo malo? Nos pilló una ola de calor sofocante.
​
Día 9: día de compras en el outlet Barberino, que forma parte del grupo de la competencia de La Roca del Vallés.
​
Día 10: Bolonia, ciudad universitaria y antigua ciudad de las torres. Sorprendentemente rústica, ordenadamente desordenada, con cables similares a los del tranvía pero sin tenerlos, y con torres que le hacen la competencia a la torre de Pisa por su inclinación. Por primera vez en todo el viaje, el tiempo fue ameno y la temperatura suave.
​
Día 11: retorno a casa con parada para comer, estirar las piernas y dormir.
​
Emme no quería volver, pero nosotros los adultos, contra más nos acercábamos, más ganas teníamos. Ah.... hogar, dulce hogar...
Eso sí, ¡ya estamos pensando cuál será nuestro siguiente destino!
