unamamaenamorada

Decidimos recorrer la vía verde en dos etapas: 

un primer día desde Horta de Sant Joan hasta Prat de Compte, donde nos vinieron a buscar para llevarnos de nuevo a Horta, y un segundo día repitiendo desde más arriba en Valderobres. Vale la pena. No hay que hacer demasiado esfuerzo si luego te vienen a buscar, el paisaje es espectacular. La tranqulidad y el buen ambiente brilla por su presencia. La gracia de pasar sobre puentes altísimos, entre bosques, congostos, bajo túneles (es recomendable llevar linternas y ropa de abrigo por la oscuridad y el frescor). 

Emme iba bien instalada en el remolque de nuestra bicicleta, y la seguna bicicleta la alquilamos en el mismo local en el que encargamos que nos vinieran a recoger. 

De vez en cuando parábamos para hacer fotos, admirar el paisaje, comer algo...

Pero aparte de la vía, hay más posibilidades. El río Canaletes está lleno de pozas de agua cristalina. Unas auténticas piscinas naturales. 

Y las caminatas entre los congostos y en el bosque también ofrecen mucho en cuanto a la estimulación de un niñ@. Agacharse contínuamente a coger piedras y palitos, tocar y oler las plantas, ver la variedad de colores y formas, ir a tocar el agua, caminar por caminos irregulares que promueven un trabajo extra de la musculatura de las piernas, "escalar" las rocas de los congostos. En ellos, como a Emme le costaba subir de manera autónoma por una pendiente tan elevada, decidimos ponernos uno delante a dándole el modelo, y el otro con ella ayudándola a coordinar sus extremidades. Subir una pendiente es un buen ejercicio para ayudar a corregir un pie equino.