Mitos sobre la crianza
- Susana (unamamaenamorada)
- 9 jul 2018
- 2 Min. de lectura
Hoy me gustaría hablar sobre algunos mitos sobre crianza que ya empiezan en el parto. Para empezar, no sé por qué motivo nos vienen inculcando que en el parto debemos intentar evitar la epidural. Parece que lo ideal es aguantar el máximo sin, y si finalmente la pedimos, lo "mejor" es que sea una epidural suave para que podamos sentir en el momento del expulsivo y así pujar bien.
Esto nos lleva a sentir remordimientos si pedimos la epidural rápido, ya que implica un fracaso según aquellas ideas que nos han machacado.
Pues mi parto demostró que todas esas ideas se equivocan: primero el hecho de ponernos la epidural. Si nos la ponemos a partir de los 3 ó 4 centímetros, no para el parto. Y además, cuando llevamos unas horas dilatando esos primeros centímetros sufriendo contracciones, ponernos la anestesia implica dejar de sentir dolor, por lo que automáticamente nos relajamos. Y relajarnos nos permite no contraer musculatura pélvica. Si esto lo unimos a una buena postura para que el bebé pueda ir "colando" hacia abajo, cuando lleguemos a la fase de expulsivo no estaremos agotadas, ni saturadas de dolor. Será mucho más fácil.
Otra cosa que aprendí en mi parto fue que la cantidad de anestesia epidural no interfiere en los pujos. En mi caso pedi una anestesia suave pero al quedarme una laguna con dolor, hicieron falta dos chutes más para que se me pasara. El resultado fue que estaba insensible total de cintura para abajo. Mis piernas no se sostenían por sí solas y no las notaba. Pero a la hora de pujar, aunque no notara la contracción en la barriga ni el "aro de fuego" al salir el bebé, sí era capaz de distinguir la contracción en mi vagina gracias a la sensación de que "algo" bajaba. Esto me permitió centrarme en ello y realizar pujos efectivos. Por lo tanto... ¡Bienvenida epidural! Pude disfrutar de mi parto y sin dolor. La medicina está para algo, si podemos, aprovechémosla.
Para finalizar, me gustaria hablar acerca de los mitos sobre la lactancia:
- Dar una ayuda, dos o tres cuando todavía no nos ha hecho la subida de la leche no impide la lactancia. Lo que impide es que el niño llore de hambre. Eso sí, es importante ponérnoslo mucho en el pecho para estimularnos.
- Cuando la lactancia ya está instaurada, porque un día de manera excepcional, demos un biberón al bebé, no se va a echar a perder el dar el pecho.
- De vez en cuando e bebé se muestra nervioso y parece que con la leche materna no queda saciado. Posiblemente estemos ante una crisis de lactancia. Lo que nunca debemos hacer es darle biberones de leche artificial para que no se quede sin hambre, ya que cada toma que no nos lo ponemos en el pecho es una toma en la que no estimulamos la producción de leche, provocando que no aumentemos su cantidad y por lo tanto estamos cargándonos la lactancia. IMPORTANTE: tener paciencia durante ese par de días y ponérnoslo más a menudo al pecho. Todas tenemos la leche que nuestros bebés necesitan, así que...¡Mucha teta!

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