Resaca navideña
- Susana (unamamaenamorada)
- 22 ene 2019
- 2 Min. de lectura
Pasados ya unos días tras la Navidad y mirando este período desde la distancia, puedo decir que para este 2019 voy a pedirme unas vacaciones navideñas.
Sí, la tradición es bonita, la familia unida, la natividad, el obsequiar a los seres queridos con regalos...
Pero con un bebé, ni él disfruta, ni yo lo hago.
No se respetan horarios, ni rutinas, ni dietas, ni la petición de pocos regalos. Incluso pueden haber discusiones por ponerse de acuerdo tanta gente que quiere celebrar lo mismo en varias casas.
Como resultado de todo ello son las noches de terror en las que mi bebé llora y llora por la sobreestimulación.
En fin... me encanta(ba) la Navidad, siempre me ha gustado y siempre la he celebrado en familia y familia extensa. Pero desde que soy madre, me gusta más dentro de mi casa y tengo mis dudas de lo que nos espera fuera de ella.
Sin embargo, he seguido diciendo sí a la carencia de horarios, sí a la carencia de rutinas y aunque al exceso de regalos no he dicho sí, me ha tocado igualmente vivirlo... hasta ahora.
Tengo una niña, Emme, que ya puede disfrutar de esta fiesta, pero tengo un bebé que no lo hace, y las próximas navidades todavía será demasiado bebé para poder hacerlo. Así pues, me propongo no volver a tropezar en la misma piedra.
No pasa nada si un año se rompe con la tradición y se prioriza la necesidad del bebé en vez de que a los demás les siente o no bien que por primera vez (y quizás última) falles ese año por Navidad. Pero he llegado a la conclusión de que si no antepongo yo el bienestar de mi bebé a las necesidades de los demás, ¿quién lo va a hacer?
Al fin y al cabo, los demás, al llegar la noche se van a dormir a sus casas mientras somos mi marido y yo, los que tenemos que lidiar con una noche de lloros (o cinco seguidas como este año).
¿Alquien se siente o se ha sentido así? ¿Os ha sabido mal decir que no a algo que en realidad no os apetecía hacer por no herir a la familia y al final le habéis acabado haciendo un flaco favor a vuestros propios hijos?
Pues yo sí, así que tras una reflexión puedo decir que no me siento mal por esta decisión, al fin y al cabo nos vemos todo el año en comidas mucho más recatadas y puntuales que no disturbian tanto el bienestar de un bebé.
Ya tendremos tiempo de volver a la mesa por Navidad, a las largas sobremesas y a los horarios raros durante tres o cuatro días seguidos. Pero no ahora. Cada cosa a su debido tiempo.
De momento, este año voy a irme de casa por Navidad.
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