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Otra cara de un parto

  • Foto del escritor: Susana (unamamaenamorada)
    Susana (unamamaenamorada)
  • 27 may 2018
  • 2 Min. de lectura

Todo empezó con la experiencia complicada que vivimos con Emme. Teníamos claro que tendríamos otro bebé, pero también estaba muy claro que descartaríamos el máximo de variables y nos haríamos previamente los estudios pertinentes para evitar volver a pasar por todo aquello.

Cuando tuvimos los estudios hechos decidimos que Barcelona sería el lugar donde tendríamos a nuestro segundo bebé y por lo tanto, busqué un profesional que me encajara, ya que este era otro factor que no quería dejar al azar.

E investigando a través de la web fue como encontré al Dr. Stefan Iliev, con un currículo impresionante, amable y encantador.

Mi embarazo no fue como el anterior, tuve náuseas y malestar durante 8 meses. Además, así como se iba acercando el momento de la fecha en la que salía de cuentas, teníamos más temor a ponerme de parto y no llegar a tiempo al hospital (de mi ciudad a Barcelona hay un "ratito" en coche). Pero no fue así. Mi parto tuvo que ser inducido... ¡Y fue estupendo!

6 Horas y media dilatando, tres de ellas con contracciones dolorosas pero soportables, encima de una pelota y practicando las respiraciones aprendidas en yoga: durante la contracción respiraciones nariz-boca, intentando mantener la cara y la musculatura relajada; y entre contracciones, respiraciones nariz-nariz para evitar sequedad en la boca y secreción de adrenalina...

Al cabo de tres horas ya había dilatado casi 4 cm por lo que ya podía ponerme la epidural, y como la previsión era que a partir de ahí el dolor iba a aumentar considerablemente, decidí ponérmela. ¡Bendita epidural! Pasé tres horas y media más, con oxitocina y con la bolsa rota, pero sin sufrir y muy tranquila, hasta que noté que "algo" bajaba.

Y así fue. Itxaso, la dulce matrona que me atendía, nos dijo que la dilatación ya estaba completa y habíamos de ir a la sala de parto, dónde tras diez minutos de pujos salió mi bebé.

Vaya momentazo... Cogí a mi bebé al salir y pude realizar yo misma el piel con piel. Algo que no llegué a vivir con el nacimiento de Emme.

He de decir que el ambiente en esa sala era muy bueno, relax, bromas y tranquilidad.

Esperábamos un niño de 3kg y 200 gramos y salió un niño de unos 4kg. Y lo mejor fue que sin cortes y sin puntos. Si bien es cierto que realizamos durante semanas los masajes perineales, mi fantástico ginecólogo también ayudó a hacerlo posible, ya que escuché cómo le explicaba a una practicante la manera en que había que aguantar la cabeza del bebé mientras salía y la zona del periné, para prevenir también esos desgarros.

Olé la profesionalidad y olé el trato, por una parte del Dr. Iliev y por otra, del resto del personal de Quirón Salud Barcelona que nos atendió, ese y todos los días de hospitalización. Estoy muy satisfecha, agradecida y encantada.


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