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Buenas vibraciones

  • Foto del escritor: Susana (unamamaenamorada)
    Susana (unamamaenamorada)
  • 25 ene 2018
  • 2 Min. de lectura

Quiero compartir una reflexión positiva sobre la vida.

Las personas en general, tienen tendencia a decir que la vida habría que vivirla dos veces: una para aprender y la otra para vivir. Yo pienso que de vida sólo tenemos una y que a lo largo de ella hemos ido tropezando con una serie de piedras, hemos aprendido que las piedras están ahí... y sin embargo, frecuentemente, seguimos tropezando con ellas cuantas veces se nos presentan. ("El ser humano es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra"). ¿Y por qué? Simplemente porque somos así. Sin más.

Y creo que esto no es algo negativo, sino que forma parte de cómo somos. El pasado y sus vivencias, sean buenas o malas, van conformando nuestra personalidad.

¿Qué creo que debemos hacer? En primer lugar, mirar hacia el pasado únicamente para rememorar los momentos bonitos, y ver que los feos sirven solamente para aprender a mejorar nuestro presente (mediante una autoreflexión y crítica positiva), y vivir en él valorándolo e intentando ser cada día mejores.

En los últimos años, por fin he aprendido a ver el vaso medio lleno (aunque ha sido tarea/aprendizaje difícil). Y ¿qué he sacado? Aparte de sentirme cada vez más feliz y más realizada... ver las dificultades como una ventana abierta a la oportunidad. Porque toda experiencia, negativa o positiva, debe ser aceptada y debe servir como aprendizaje.

¿Y acerca de mirar el futuro? Cada vez tengo más claro que el futuro todavía no existe. Hemos de tener proyectos, expectativas, ilusiones... pero siempre vividas desde el presente, aunque sean para el futuro. Porque al final, en el futuro puede que estemos... o puede que no. Mirar continuamente hacia él hace que el presente, que es lo que en verdad tenemos en las manos, se nos escape de entre los dedos.

Hoy estoy en mi semana 25 de embarazo. No está siendo un buen embarazo para mi... pero soy feliz igualmente porque sí lo es para el bebé. Puedo tomarme el malestar como algo horrible y martirizarme, o como algo pasajero y aceptarlo. Pues decidido: escojo la segunda opción.

Y si me preguntan: con lo que te ha pasado con Emme, ¿tienes miedo? Mi respuesta hoy, es NO. No soy inconsciente, conozco los riesgos y sé lo que implican. Pero el miedo no puede impedirnos vivir nuestra vida.

Un abrazo muy fuerte a todas las personas que leáis mi reflexión. Ánimos con la vida, porque... sólo se vive una vez ¡Caramba!


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