¡Pisando fuerte!
- Susana (unamamaenamorada)
- 22 mar 2017
- 2 Min. de lectura
Es increíble la manera en la que cambia la visión de la vida cuando sufres una adversidad o una serie de ellas.
Siempre he sido una persona sensible, pero antes del Ictus, cuando veía a alguien con un caminar vacilante lo miraba quizás con curiosidad.
Ahora, miro a estas personas con admiración. Pienso que son unos grandes luchadores porque a pesar de las dificultades ¡logran caminar!
El caminar es una acción que surge de manera fluida y automática en las personas... excepto para las víctimas de lesiones cerebrales o medulares (entre otras). En esta situación, esta acción se convierte en un elemento complicado.
Por una parte la noticia inicial que implica una lesión cerebral puede conllevar una incertidumbre respecto a la posibilidad futura de desplazamiento autónomo. Por otra parte está el día a día, en el que muchas veces, a pesar del gran trabajo realizado, los resultados no son como deberían ser.
Emme ha conseguido caminar, aunque su desplazamiento sea inestable a veces, asimétrico siempre y con unos movimientos poco naturales debido a la falta de respuesta de ciertos músculos implicados (cosa que promueve el desarrollo asimétrico del sistema músculo-esquelético, que a su vez provoca un crecimiento asimétrico del cuerpo, y que finalmente conlleva de nuevo a un desarrollo poco adecuado de las extremidades e incluso deformidad).
Sin embargo...¡Camina! Lleva una férula ortopédica que inhibe ciertas posiciones incorrectas del pie y una cinta derrotadora que impide la rotación interna de la rodilla.
Pero camina.
Así pues, cuando veo a Emme caminar, veo la dificultad, pero también veo el gran esfuerzo y la enorme constancia (suya y nuestra). Y aunque por una parte se me encoge el corazón, por la otra pienso: "Así se hace, ¡pisando fuerte!".

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