Vivir tranquila
- Susana (unamamaenamorada)
- 29 ene 2017
- 2 Min. de lectura
Hace unos días fui a una charla de Daniel Lumera acerca del "perdón". En ella, este señor hablaba sobre la necesidad de perdonar y perdonarse para lograr la felicidad.
El choque emocional vivido por el Ictus de Emme me llevó a conocer a una psicóloga (J. R.) especialista en mindfulnes que me dio la clave para mejorar mi calidad de vida:
- Aceptar sin juzgar. Esto lleva a una menor autocrítica y una mayor autocompasión.
- Centrarse en el "ahora", ya sea lavarse las manos como caminar. Esto permite focalizar la atención en los actos del día a día, desviando los pensamientos que pueden generar malestar.
No se trata de huir de ellos. Se trata de aceptar la emoción negativa, observándola sin juzgarla (y por tanto sin engancharse a ella) para finalmente dejarla ir y perdonarla.
Parece imposible al principio, ya que supone un autocontrol que en situaciones estresantes puede ser inexistente, pero con mucha práctica se consigue.
Y lo mejor, poco a poco empiezas a perdonarte y a perdonar, a respirar hasta llegar a la suficiente serenidad para que los duros momentos tomen una posición distinta en nuestra vida.
De repente, no estamos bajo la tormenta, mojándonos, sino que la observamos desde la ventana. La seguimos teniendo encima, pero ahora estamos a resguardo.
¿Increíble? Pues a eso se llega con la meditación: a una situación en la que aquello que hace daño se relativiza y se diluye. (Como dijo Daniel Lumera, lo malo no se olvida pero deja de producir dolor).
Sin embargo, ya lo dijo Jorge Bucay: todo en la vida tiene un coste. El nuestro es la constancia. Para lograr todo esto se requiere tiempo y empeño. (Hace ya dos años que me inicié en el minfulnes. Dos años de práctica para llegar a este enfoque). Pero ha valido la pena.
Además ya lo dice el dicho: quien la sigue la consigue.
Así pues, muchos ánimos para todas y todos y os animo a probar este fantástico "remedio". Porque siempre podemos llegar a tener una vida tranquila a pesar de que esté inmersa en una situación estresante.
¡Un abrazo!

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