¿Benditos? DAFOS
- Susana (unamamaenamorada)
- 7 oct 2015
- 3 Min. de lectura
DAFOS DE EMME: Aparatos tamaño bota con la forma de las piernas de Emme pero sin deformidades que sirven para corregir y prevenir la deformación de sus huesos. [Definición de los dafos de Emme]

Cuando confirmamos que Emme tenía Hemiparesia ya nos empezamos a preparar para lo que posiblemente vendría. Tras descubrir que su extremidad inferior estaba afectada comenzamos a mentalizarnos de que el "momento dafo" llegaría. Y en cuanto Emme empezó a ponerse de pie e intentar dar algún pasito recorriendo al principio perímetros y luego yendo campo a través con soporte de algún tipo, el tema se confirmó y llegó el momento de encargarlos.
En Barcelona nos recomendaron el Institut Sant Joan y la Ortopedia PAS. Los pasos a seguir fueron:
1) La médico rehabilitadora nos hizo un volante.
2) Llamamos para pedir cita y llevamos uno de los papeles a inspección (la misma médico te indica dónde lo debes llevar) CONSEJO: pedir cita con tiempo, aunque todavía no se haya tenido la visita con la médico, hay que ser previsor/a y llamar con antelación porque pueden darte cita a varios meses vista.
3) El día de la cita llevamos el volante y se le tomaron medidas y elegimos los colores. 4) Cuando llegan los dafos (alrededor de un mes más tarde) hay que pedir cita nuevamente con la médico rehabilitadora para que mire si son adecuados y así poner el sello que falta en el papel para que la administración pague la parte subvencionada (es un aparato caro).
Reconozco que el hecho de que tuviera que llevar dafos en ambas piernas fue un golpe duro, pero además el día que fuimos a buscar los dafos Emme reaccionó llorando, y para colmo, nosotros decidimos aprovechar para empezar a buscar zapatos, pasando por diferentes zapaterías sin éxito y con un bebé histérico.
Porque buscar zapatos la primera vez fue UNA AUTÉNTICA PESADILLA. Recomiendo probar el zapato con el dafo en la mano y no puesto (cosa que en ese primer día nosotros no pensamos hacer).
Dada la anchura del dafo, parecía imposible encontrar algún zapato o zapatilla de menos de tres tallas más de las que Emme usa, por lo que la pobre parecía una pallasina y no podía ni caminar... Un desastre.
Luego, hablando con otras madres que ya han pasado por esto, me asesoré de en qué tiendas habían tenido éxito y la segunda vez fuimos directos hacia allí, dafo en mano, donde a la primera encontramos dos pares de zapatos de un par de tallas más.
El truco es buscar calzado con velcro y cremalleras que se abra mucho, y quitando la plantilla todavía ganamos más. Por supuesto no debe haber mucha diferencia de tallas porque entonces no beneficiamos a nuestro hijo/a.
En fin, una vez pasado el drama del principio y aceptado que llevar dafos es parte de nuestra lucha, hemos llegado a agradecer que ya los lleve puestos y que la adaptación haya sido buena: ¡EMME CAMINA! No hablo de unos pasitos con equilibrio dudoso... ¡HABLO DE CAMINAR DE VERDAD! Los dafos han sido lo que le faltaba para ganar estabilidad y acabarse de lanzar. Ahora sólo nos falta perfeccionar y practicar para ir mejorando este desplazamiento.
EN CUENTO A LA ADAPTACIÓN: lo mejor es ir poco a poco. Por ejemplo: media hora por la mañana el primer día y comprobar que no haya rozaduras. ¿Si no las hay? media hora más. Y por la tarde otra vez. Cada día poco a poco, ir aumentando el tiempo hasta llegar a las 8 horas que nos han recomendado.
¡PERO CUIDADO! El dafo sirve como guía para hacer que los huesos crezcan correctamente, pero con él, hay músculos que no trabajan o trabajan muy poco, por lo que puesto en exceso podría ser perjudicial. Por tanto, hay que seguir las recomendaciones y estimular esas extremidades cuando no lleven el dafo puesto. (No queremos que por hacer un bien, acabemos haciendo un mal).
Dicho esto, ánimos a todas las familias que conviven con los dafos: no son motivo de vergüenza, sino de lucha y finalmente de logro.
¡Un abrazo!
Comments