La cruda realidad
- Susana (unamamaenamorada)
- 23 abr 2015
- 2 Min. de lectura

Últimamente estoy muy tranquila. A veces pienso que quizás demasiado. El hecho es que la realidad de Emme ya no me quita el sueño casi nunca. ¿Me he acostumbrado? O quizás, ¿estoy haciéndome demasiadas ilusiones respecto a que todo irá bien?
Leyendo a otros papás y mamás de niñ@s con hemiparesia, incluso los que la tienen más leve tienen más dificultades para realizar actividades cotidianas que al resto no les supone apenas esfuerzo. Incluso los que tienen menos secuelas necesitan usar algún tipo de ortopedia.
Llevamos muchos días en rutina y en calma. Me doy cuenta de que ya no me sorprende la lentitud de movimientos y la falta de fuerza de su hemicuerpo derecho. Es verdad que sigo luchando para ganar fuerza y mejorar ese movimiento, pero se ha convertido en parte de mi rutina, por lo que ya no lo veo como un esfuerzo sino como un hábito que sale solo.
Al principio me parecía tremendo el hecho de poderse alguien acostumbrar a todo esto. Increíble. Imposible.
Sin embargo me miro casi un año después... ¡y aquí estoy!
A veces me pregunto si al resto del mundo le llama la atención que mi hija cuando baila mueva un lado del cuerpo y el otro apenas; o que cuando se desplaza, lo hace de manera asimétrica... aunque simplemente me lo pregunto como curiosidad, pero no me afecta pensar que sí.
Eso sí, hay algo que cuando lo pienso, todavía agobia y me produce dolor: que lo cotidiano para ella suponga un esfuerzo más grande, pero sobre todo los hándicaps que a nivel social se pueda encontrar y que pueden afectar a su autoestima.
Porque la cruda realidad es que yo me he adaptado, pero a la sociedad todavía le queda bastante para hacerlo.
¡Feliz San Jorge!
Feliç Sant Jordi!
Comments