Lactancia... ¡SÍ!
- Susana (unamamaenamorada)
- 10 ene 2015
- 7 Min. de lectura
Ahora que voy a ser tía voy a hablar de un tema muy importante en la vida de toda madre: LA LACTANCIA. Toda mujer que va a ser madre se plantea en algún momento si dar o no el pecho, cosa que no habría de ser ya que la lactancia debería ser obvia siempre. La naturaleza es muy sabia y si las mujeres tenemos leche para alimentar a nuestros bebés es por algún motivo. Pero por si alguna mujer no los tiene claros, aquí van: 1. Es un alimento hecho a medida para el bebé: "La leche materna es un fluido cambiante ya que se va adaptando a los requerimientos del lactante a lo largo del tiempo, en función de las necesidades energéticas y del desarrollo del recién nacido". Desde el momento en que empezamos a producir leche (ya con el calostro) la cantidad está adaptada al estómago de nuestro bebé (cuando se dan biberones se da mayor cantidad y no es lo adecuado ni lo natural). Además, cuando el bebé comienza a succionar, la densidad y la composición no es la misma que cuando lleva rato succionando. "La leche liberada al principio de una comida, es acuosa, baja en grasa y alta en carbohidratos, mientras que la del final de la toma es más rica en grasas, siendo por ello más saciante.". Para hacernos una idea es como nosotros en una comida, que pongamos un entrante más ligero, un segundo plato más consistente y el postre. Pues algo parecido pasa con la leche. (Desaconsejable poner 10 minutos cada pecho porque rompemos esa comida y volvemos a empezar. En cada toma se aconseja un pecho diferente). 2. La temperatura es la ideal. Nunca se quemará ni se enfriará, por lo que nunca hará falta recalentar. Y la que sobra se reabsorve. 3. Tiene las inmunoglubinas necesarias para fortalecer el precario sistema inmunológico del recién nacido. Éste, mientras ha estado dentro de su madre ha estado protegido, pero en el exterior está en contacto con bacterias y patógenos que con su todavía inmaduro sistema inmunológico queda expuesto a ponerse enfermo. La leche materna es como una vacuna. Si hay algún virus cerca, la madre lo detecta en su sistema e inmuniza al bebé. (Por eso no es recomendable tocar mucho a bebés que no sean propios, porque una persona que no es su madre puede pasarle infecciones y no lo inmuniza frente a ellas). ¿Qué fórmula comercial puede aportar todo esto? Pero todavía hay más. 4. Favorece el desarrollo cerebral y psicomotor del bebé. 5. Es cómodo, no hace falta lavar, esterilizar, preparar... rápido e instantáneo (cosa de agradecer si hay que levantarse a media noche a amamantar). Se puede ir a cualquier lugar sin necesidad de utensilios y trastos. 6. Disminuye el riesgo de obesidad y de muerte súbita. 7. Disminuye el riesgo a padecer cólicos y regurgitaciones. 8. Disminuye el riesgo de padecer colesterol en adultos. 9. Disminuye el riesgo de padecer problemas de asma y dermatitis. 10. Es un alimento exclusivo, almenos hasta los 6 meses del bebé. No hace falta darle ni agua. La leche materna es la mejor hidratación y fuente de nutrición. 11. Es una solución para todo: alivia el cansancio y los lloros, anestesia los dolores, levanta el ánimo... Pero no se acaba aquí, para la madre también hay beneficios, como son: se reduce el riesgo de padecer osteoporosis, los huesos se remineralizan, se reduce el riesgo de padecer cáncer de mama y de ovarios, ayuda a quemar grasas acumuladas y a perder peso, ayuda a devolver la matriz a su sitio de manera más rápida. ¡Y es muchísimo más barata! Su coste es CERO. Por otra parte, no vamos a olvidarnos de la parte emocional, ya que ayuda a crear vínculo entre la madre y el bebé. Un recién nacido que se ha pasado casi diez meses dentro de su mamá, oyendo su corazón y sintiendo "su calor", ponerlo en el pecho es ponerlo cerca de ese corazón que le ha acompañado tanto tiempo de su vida, y acercarlo a ese calor y olor corporal de esa persona tan importante para él.

Aunque no nos vamos a engañar, también hay inconvenientes en la lactancia, no todo es gloria. Las primeras semanas es duro, durísimo. ¡¡DURÍSIMO!! La criatura no se coge bien, parece que no gana peso, los pezones duelen a rabiar (necesitan hacerse duros y callosos), pueden aparecer serios problemas como son mastitis, grietas... En este caso se necesitará atención médica ya que es un problema grave y puede derivar, si no se tratan, en problemas muy serios para la salud de la madre. En muchas ocasiones te planteas tirar la toalla y pasarte al biberón porque es doloroso. Pero si aguantas luego es alucinante. Sólo ver cómo va ganando peso gracias a ti, cómo te toca con sus manitas mientras le amamantas, las caritas, ruiditos.... se olvida todo lo demás. Pero sigamos con los inconvenientes. Otro puede ser las crisis de crecimiento o crisis de lactancia. En mi caso se dieron CADA MES y duraban entre 3 días y una semana, la última a los siete meses duró bastante más.

La criatura necesita más cantidad y para conseguirla demanda más a menudo, lloriquea, parece que se queda con hambre, se despierta más por las noches... En estos casos es CRUCIAL no ayudar con biberón, porque cada toma que se da con biberón es una toma que no se estimula el pecho, y por lo tanto estaremos acabando con la lactancia. HAY QUE AGUANTAR y ponerlo tantas veces como lo necesite. Pronto empezaremos a producir la cantidad necesaria y volveremos a estabilizarnos. A esta situación se le suma que los pechos ya no tienen esas subidas de leche que los ponen a rebentar, sino que están blandos y nos pensamos que quizás ya no producimos suficiente. Pues no es así. El pecho "aprende" a producir a demanda y por lo tanto ya no ha de producir antes, sino que serán las succiones las que desencadenarán la producción de la leche. "La mama nunca puede ser realmente vaciada ya que la producción de leche es un proceso biológico continuo: a mayor succión del bebé, mayor producción de leche." Otro inconveniente... la caída del pecho. Pero aunque es un inconveniente que he oído en muchas ocasiones como la razón principal para no dar el pecho, me parece el inconveniente más absurdo; porque no nos engañemos, el pecho tarde o temprano se va a caer. Si vamos a dejar de proporcionarle algo tan preciado al ser que más queremos por algo que va a acabar pasando pues "apaga y vámonos". Y no sólo por nuestro bebé, sino por nosotras mismas. Sinceramente, prefiero tener el pecho caído si a cambio tengo menos papeletas para un cáncer. Al fin y al cabo, si tanto complejo tenemos, existen unas fantásticas operaciones donde quitando la piel que sobra podemos volver a tener el soporte necesario para que los pechos estén firmes. La cirugía hace milagros ¡Y sin silicona! Para acabar, quiero dar por falsas ciertas afirmaciones como que si se bebé cerveza o champán se estimula la producción de leche. Madre mía... si se bebe alcohol le estaremos pasando a nuestro bebé y podemos tener un serio problema. Es absurdo, NUNCA hay que seguir este consejo, está muy pero que muy desactualizado y desfasado. En fin, menos mal que la medicina abanza. Otra falsa afirmación es que si es cesárea no sube la leche, o si no se realiza el piel a piel tampoco. En mi caso fue cesárea y el piel con piel lo hizo mi marido. Pero aquí estoy, con más de siete meses de lactancia. Es importante ponerse al bebé encima en cuanto se pueda ya que la primera hora el bebé está despierto y con la adrenalina arriba, por lo que podremos empezar a estimular (y el calostro no es poca cosa. Al contrario, es el alimento ideal para un estómago de ese calibre, además ¡está más lleno que nunca de defensas!). Pasado ese primer rato, el bebé entra en un período de letargo y sueño y será más complicado poder hacer que succione. Entonces habrán pasado horas hasta que volvamos a estimular y puede que nos cueste más. Pero no nos demos por vencidas tan rápido. Yo he vivido una situación extrema donde no pude darle el pecho a mi hija durante unos días. Me sacaba la leche con el sacaleches, que no es tan efectivo como la boca de un bebé. Además, a eso se juntó que viví una situación emocional extrema donde en varias ocasiones me fuí a sacar leche y no me salió ni una gota de los disgustos y el cansancio. Y para colmo, las primeras veces que se le dio leche a mi bebé fue con biberón (el anti lactancia materna), y no un biberón de esos que simulan el pecho y que hay que hacer el vacío para que chorre. No. Un biberón normal de tetina de toda la vida. ¡Y DESPUÉS DE MÁS 7 MESES SIGO DANDO EL PECHO, PORQUE QUERER ES PODER!

Por cierto, a mi hija ya le damos leche con cereales y en vez de dársela en papilla con cuchara como al principio, como ya le damos las de verduras y las de fruta con cuchara, ésta se la damos en biberón y se la da mi marido. De esta forma fomentamos un espacio íntimo entre el bebé y él que es muy bueno para fortalecer su vínculo. De repente se da cuenta de cuánto se pierden los hombres por no poder dar el pecho y me dice que es somos unas afortunadas. ¡Ánimo a todas las "lactoactivas"! Va muy bien hablar con otras madres y normalizar las situaciones que nos preocupan. Además es bueno tener alguna matrona de confianza que nos pueda aconsejar. También existe Alleta donde se puede pedir ayuda y hay encuentros de madres, información. Y Bancos de Leche Materna (conocí algún caso en la Uci de neonatales que lo utilizaban). ¡SALUD Y BUENA LECHE! ;)
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